Monte Popa

Mientras estábamos alojados en Bagan, reservamos un tour para visitar el Monte Popa en una mañana. Buscamos varias alternativas, desde taxis a buses, pero finalmente decidimos coger un tour directamente en el hotel para no perder tanto tiempo. Nos costó 45 000 kyats (27.10€) saliendo a las 8h00 y volviendo al hotel sobre las 14h00.

Uno de los momentos que más nos marcó en todo el viaje fue el camino hacia el Monte Popa. En la carretera nos encontramos a centenas de personas pidiendo comida y dinero. Pero no en grupo, sino que a ambos lados de la carretera y separados por unos 50 metros cada uno. Viejos, niños, mujeres y hombres. Kilómetros y kilómetros que nos arrancaron el corazón y nos hicieron sentir muy pequeños ante tanta pobreza. Desafortunadamente no se puede parar, nos contó el conductor que se amontonan en el coche y se genera una situación complicada. Además vimos como de otros coches y buses les lanzaban comida o dinero a la carretera y corrían desesperados a recogerlo, sin mirar si venia otro coche, poniéndose en peligro y peleando entre si. Sabemos que existe pobreza extrema pero no estamos preparados para verla tan de cerca, no supimos como reaccionar. Las lagrimas nos caían por la cara y solo pensábamos que injusto es el mundo en que vivimos.

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El Monte Popa es el más importante lugar de culto a los nat (seres espirituales con la capacidad de proteger o hacer daño a los hombres) en todo el país, por lo que es un importante lugar de peregrinación. Se trata de un tapón volcánico de 740 metros de altura, coronado por un templo budista al que se accede por 777 escalones.

Una vez llegados a Popa City, el numero de coches empieza a aumentar y en medio de un mercado callejero son muchos los que intentan acercar los turistas a los pies del Monte Popa para empezar la subida.

Íbamos asustados por todo lo que habíamos leído en otros blogs, sobre la cantidad de monos que existe y sus correspondientes caquitas y orina. Pero, no sabemos si por suerte, o porque algo habrá cambiado, pero gran parte de las escaleras estaban protegidas por barrotes que les impide acercarse demasiado. Había mucha gente a lo largo de las escaleras limpiando con fregonas y pidiendo dinero para «cleaning». Eso si, mejor no pensar el estado de dichas fregonas y el agua donde las mojan… digamos sencillamente que eran lo más alejado a nuestro concepto de limpieza. Además, al mojar tan frecuentemente los escalones lo que hacían era ensuciarlos aun mas y volverlos escurridizos, así que lo mejor era subir con mucho cuidado para no pegarse un buen golpe!

Una vez arriba, el templo cuenta con unas increíbles vistas de la llanura de Myingyan. Pero es de verdad lo único que merece la pena, ya que el templo en si no es nada espectacular. Nos encontramos muchos birmanos que habían acudido allí en peregrinación y algunos pidieron fotografiarse con nosotros.

Es cierto que habíamos leído sobre su relevancia espiritual y las historias que le rodean,   pero la verdad es que de todo lo visto en el viaje, es lo que menos nos ha llamado la atención. En el viaje por Myanmar vimos muchas pagodas más grandes, más bonitas y con tanta historia como la del Monte Popa.

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